Comentario
Segovia, poblado prerromano que algunos autores llaman Segontia -aunque otros dan este nombre a la actual Sigüenza-, fue sometida por Roma en el año 96 a.C., que la consideró un punto importante para controlar el acceso al valle del Duero. La ciudad tiene su origen en un antiguo emplazamiento prerromano, tal vez de origen celta. Sobre ella los romanos situaron la primera infraestructura urbana de la nueva ciudad, siguiendo la forma habitual de un asentamiento militar, en un punto central de la calzada que luego unirá Mérida y Zaragoza, y ante el lugar que actualmente ocupa el Alcázar.
Aunque Segovia no fue una ciudad de gran importancia -al menos si la comparamos con otras como Tarraco o Emerita Augusta- durante la dominación romana, sí que podemos observar en ella una de las mejores muestras de la edificación civil de este periodo. Nos referimos a su famoso acueducto, una extraordinaria obra de ingeniería capaz de llevar agua a la ciudad desde el nacimiento del río. El agua era llevada desde aquí hasta un lugar de distribución, el castellum, situado a 16 kilómetros de distancia. Desde este punto se distribuía al municipio.